Relatos de un Internado Militar

Hospital Central de las Fuerzas Armadas (HCFFAA)

Esta ocasión, mas que una reflexión como es costumbre, se trata de narrar una experiencia.
No de ese tipo de experiencias únicas que te marcan; pero si de aquellas que sabes que no olvidaras, por muchas razones.

El Internado es el anio que culmina la carrera de Medicina, donde se realizan rotaciones por las principales vertientes, siendo Cirugía la primera en mi caso.
Por cosas de la vida y falta de suerte, ya que definitivamente no sucedió por voluntad propia, me toco elegir el Hospital Central para dicha rotación. No era ajena a la realidad que allí dentro se vive, pues no es la primera vez que pasaba por ahí. Un anio atrás, había estado tomando clases en este lugar que considere fastidioso desde el primer día; y pues, por algo no quería volver a elegirlo.
En fin..

No me alcanzaría toda una entrada de blog para narrar día por día las cosas que allí vivi. Bueno... viví? No, casi lo olvidaba. Allí no se vive, allí se sobrevive. Entonces reformulo: No me alcanzaría toda una entrada de blog para narrar día por día la manera en la que sobreviví. Lo que si puedo es enumerar esos pensamientos al azar que me vienen a la cabeza cuando hablo del -muy conocido en Twitter por mis colegas- #internadomilitar.

-Es tener que llegar a un lugar donde te inferiorizan por el simple hecho de pertenecer al eslabón mas bajo de su sinica pirámide de rangos

-Es tener que, si pensabas que como interno eras inferiorizado, ver como a tus jefes inmediatos le hacen cosas mil veces peor; los humillan, mortifican y penalizan en la mayoría de los casos injustamente.
-Es tener que soportar comentarios, y hasta ciertas burlas sutiles de parte de "los superiores".
-Es sentir ese ambiente de tensión casi en todo momento durante las horas laborables.
-Es no poder expresarse, no poder hablar, no poder reír a carcajadas, no poder elevar opiniones contra ciertas cosas... tal y como una dictadura.

-Es subir y bajar escaleras infinitas veces al día para hacer mandados y favores, a sabiendas de que podrías estar aprovechando el tiempo en cosas mas productivas.

-Finalmente, es la disciplina al extremo de lo ridículo


Pero seria una insensatez destacar solo estos aspectos, porque si hay algo que reconocer es la buena base académica que tratan de forjar en todos los internos y residentes, asi como su constante incentivo al aprendizaje y estudio.
Trabajar con los residentes de primer anio fue un placer en casi todos los casos; su acogida para con nosotros, supervision y ayuda desinteresada en todo momento, y las ganas de que aprendiéramos tanto como ellos, fueron detalles que en definitiva serán memorables.

...y sobretodo conocer nuevas personas y hacer un lazo tan especial de apoyo y compañerismo entre nosotros, los internos; porque hasta en el mas dificil de los días, o hasta en el mas serio de los momentos, buscábamos a escondidas esos minutos de risa y esas "travesuras" que amilanaban la carga.

Si... y QUE? :p
Desafiando la Ley

 

"La clave del exito" a mi entender, consistió en ponerle una buena cara a cada día, estudiar lo mas posible, y no tomar personal nada de lo que allí pasara.

Que si buena o mala, no estoy segura. Lo que si se es que fue una peculiar experiencia a recordar.